Hiperrealismo animalista

Tamaño: 30cm x 40cm
Técnica: Oleo
A la venta

Y ASI EMPEZÓ LA HISTORIA...

Desde muy pequeño me gustó dibujar; siempre estaba con un lápiz en la mano haciendo garabatos, figuras y dibujitos. Así fue que a los 8 años, mis padres me llevaron a aprender a dibujar a la casa de una profesora de bellas artes. Con ella despertó mi vocación por la pintura, en especial por los animales...

A partir de esa edad comencé a aprender diferentes técnicas y a los 18 años me recibí de profesor en la academia "Vidria".

Luego comencé a pintar por mi cuenta, para mi familia y para mi gusto personal; sin embargo, no me alcanzaba con ver las obras plasmadas en el papel, yo quería pintar animales al detalle, como lo hacía Axel Amuchástegui.

Un día decidí probar suerte y dibujar la cabeza de un leopardo; el desafío era que quedase como las que dibujaba Axel y el resultado salió bastante meritorio.

Tiempo más tarde busqué asesoramiento y comencé a tomar clases con el profesor Oscar Correa, quién me enseñó la forma correcta de "armar" un cuadro, la combinación de colores y sobre todo, la técnica necesaria para que la obra luzca como una fotografía. ¡Gracias Oscar!

¿CÓMO DISEÑAR UN CUADRO?

El proceso de diseñar un cuadro es la parte que más me apasiona, porque es donde uno pone la creatividad al máximo.

El primer desafío es encontrar la foto del animal que deseamos dibujar. Si van a dedicarse a dibujar felinos u otra clase de animales, es conveniente adquirir libros de fotos especializados en esos animales. Allí uno puede encontrarlos en diferentes posiciones y buscar la que más se acerca a la imagen que tenemos en la mente. Esta bibliografía no es fácil de conseguir, pero no se desanimen, hoy en día internet provee abundante material fotográfico que puede reemplazarlos.

Primer paso, entonces, solucionado.

El segundo desafío es buscar un paisaje acorde al animal que vamos a dibujar. Muchas veces encontramos la foto del animal "perfecta", pero resulta que el paisaje no nos gusta, o quizás lo habíamos imaginado descansando sobre un tronco. ¿Entonces? Hay que buscar un fondo apropiado y para eso necesitamos leer acerca de los hábitos de ese animal, en qué tipo de ambientes naturales se lo encuentra, ¿en una planicie?, ¿en un bosque?, ¿en los árboles?, ¿a la orilla de un arroyo?. Esto es muy importante para darle más realismo a la obra. Nuevamente internet nos facilita diferentes opciones fotográficas que podemos "superponer" a esa imagen que habíamos elegido previamente.

Ya tenemos el cuadro prácticamente "armado"; nos quedan los detalles.

Estos "detalles" son los que van a contribuir a darle al cuadro un efecto tridimensional, van a determinar varios planos en la obra, tantos como a uno le parezca.

En el último plano, al fondo de la imagen, va a estar el paisaje que elegimos; más adelante, el felino y por delante de él, está nuestro tercer desafío. Hay que buscar ramas que crucen la escena, o hierba, o un tronco, unas piedras, el comienzo de un arroyo, un charco de agua.

Ahora sí, tenemos armado el cuadro que vamos a hacer.

¡Éxitos!

Aníbal Rojo

AHORA A DIBUJAR

Una vez que tenemos en mente cómo vamos a hacer el cuadro, ahora hay que llevarlo a la práctica. ¡A dibujar!

Pero acá les voy a pasar un tip. Habrán visto que si se dibuja sobre el lienzo, cuando se borra algún trazo queda la marca. No sería problema porque la pintura lo taparía, pero al cabo de un rato de dibujo quedarían muchas marcas que confundirían al momento de pintar. Y eso es algo que no podemos permitir. El dibujo es nuestro punto clave.

Cuando uno se dedica al Hiperrealismo animalista, se busca que el cuadro se parezca a una foto, y para eso, cada trazo, cada mancha, por pequeña que sea, cumple su función. Las manchas del pelaje copian la forma de los músculos que hay por debajo de la piel, de modo que no pueden estar dibujadas en cualquier lugar. La ubicación de ellas y el efecto de la luz y la sombra, le van a dar forma a ese músculo.

Por eso digo que el dibujo es la clave del éxito en este tipo de cuadros. Un felino puede estar pintado de forma excelente, pero si la la cabeza es demasiado grande en relación al cuerpo, o un ojo más chico que otro, o las manchas no evidencian el músculo que hay debajo de ellas, el cuadro pierde realismo y ¡eso es lo que teníamos que lograr!

Volviendo al tip del dibujo. El secreto es elegir el tamaño de la obra y buscar un papel que coincida con el ancho y largo del bastidor donde la vamos a hacer.

Sobre ese papel es donde vamos a hacer el dibujo. Ahí vamos a poder borrar a gusto, volver a dibujar, agrandar o achicar una mancha, en fin, vamos a poder arreglar hasta que quede como a nosotros nos gusta.

Luego, se calca y se transfiere al bastidor.

Ahora sí estamos listos para pintar.

¡Éxitos!

Aníbal Rojo